Esta comedia animada se pone cada vez más oscura. En su guion, como en los buenos guiones, no existen los chistes prohibidos. Se vale todo
Si de recomendaciones de Netflix se trata, Bojack Horseman debería estar alto en la lista. La sitcom animada de la plataforma de contenido digital es una de las propuestas más irreverentes de la televisión y bien puede ubicarse a la par de genialidades como Padre de familia o Bob’s Burgers sin estar fuera de lugar.
Es protagonizada por Bojack Horseman, un ebrio caballo antropomórfico que se desenvuelve en un mundo lleno de pares y de seres humanos, y busca sus segundos 15 minutos de fama. La serie se destaca ni siquiera por ser exageradamente graciosa, sino por lo ingenioso de sus secuencias y de su guion.
En el primer episodio de la primera temporada (estrenada en el 2014), conocemos a Bojack por lo que es: una celebridad añeja, un poco cínica, un personaje que está obsesionado consigo mismo y busca publicar su autobiografía pronto.
En medio de una interminable relación intermitente con la gata persa antropomórfica Princess Carolyn, el caballo conoce a Diane Nguyen, a quien su editor le recomienda para que sea la escritora fantasma de su libro. La idea no cala bien en Bojack, pero eventualmente hasta se interesa de forma romántica en Diane, a pesar de que es la novia de Mr. Peanutbutter, su némesis.
Son los pequeños detalles, como que el editor de Bojack es un pingüino (en referencia a la editorial Penguin), los que hacen de la serie una colección de grandes momentos para consumir durante un fin de semana (la primera temporada es de 12 episodios de media hora cada uno, y dicen que la segunda mitad se pone mucho mejor que la primera).
Con críticas favorables de medios como el New York Times, Slate y Vulture (que la describió como una serie radicalmente triste), Bojack Horseman es para quienes no encuentran límites en la comedia y no salen corriendo con el mínimo guiño de una irreverencia.
Además, su elenco de voces es brillante: Will Arnett, Aaron Paul, Patton Oswalt, Andrew Garfield, Olivia Wilde y Naomi Watts figuran en los créditos.
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